Museo de Sitio de Chaitén abre sus puertas al público

El recinto es único en Chile y fue un proyecto impulsado por la Fundación ProCultura con el fin de preservar la memoria y los testimonios de la erupción volcánica que devastó la ciudad en 2008.

En mayo se cumplirán 13 años desde la erupción que cambió por completo a la ciudad de Chaitén. Casas destruidas, una playa que retrocedió casi un kilómetro completo y el río Blanco con nuevo curso son algunas de las marcas que la catástrofe dejó sobre el poblado aquella noche del 1 de mayo de 2008. Hoy, como parte del proceso de reparación, el primer museo de sitio del país se suma a la ciudad para recordar el evento.

El recinto abrió recién el viernes pasado con una entrada general de $3.000 y funcionará de martes a domingo, entre las 10:00 y las 18:00 horas. Aunque Chaitén retrocederá a fase 2 desde el próximo sábado, el acceso del público a las salas del museo continuará con un aforo reducido y con las pertinentes medidas sanitarias estipuladas por el Minsal debido a la pandemia.

Museo de dos alas

El museo se encuentra a casi tres cuadras del centro de Chaitén, dentro de la zona habitable de la ciudad, y en la manzana conservada por el Ministerio de Bienes Nacionales, que incluye nueve casas-testigo. Las construcciones se encuentran enterradas bajo cenizas, presentan distintos tipos de deterioro y pueden ser observadas al avanzar por un sendero que las recorre. Después de subir una escalinata, el recorrido termina en el techo del museo, donde se encuentra el mirador con vista panorámica a la ciudad y al volcán.

En su interior, este espacio consta de dos alas. La primera tiene un centro de interpretación y una sala de exposiciones que muestra parte del trabajo realizado en 2012 por académicos de la Universidad de Chile, quienes recopilaron los testimonios de los chaiteninos. En la segunda ala están las oficinas y un espacio de residencia para artistas y científicos que deseen emprender proyectos en la zona.

Como aclara Katherine Barría, encargada territorial de ProCultura en la zona, el museo tiene un foco puesto no solamente en la memoria, sino también en el interés científico y educativo que despierta Chaitén.

Origen del proyecto

La Fundación ProCultura es uno de los actores detrás de este proyecto. Gracias al financiamiento del Programa de Infraestructura Cultura Pública o Privada, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y al diseño de los arquitectos Raúl Irarrázabal y el chaitenino Juan Pablo Chandía, la fundación levantó la iniciativa. Contó además con el apoyo internacional del Museo de Historia Natural de Londres, la Universidad de Nueva York y la National Geographic.

Sin embargo, fueron los mismos chaiteninos los protagonistas que levantaron y construyeron el edificio y aportaron a través de sus testimonios a la exposición que en él se encuentra.

Alberto Larraín, director ejecutivo de la Fundación ProCultura, comenta que el museo vino a consolidar el deseo de los locales por “dejar un vestigio que recordara lo que pasó”. Y por eso la respuesta por parte de los chaiteninos ha sido muy positiva. “El museo es un acto de cariño, no es un acto arquitectónico solamente. Tiene mucho que ver con cómo reconocemos el dolor, y en ese reconocimiento vamos reparando”, sentencia Larraín.

Constanza Gómez, directora regional de los Lagos de la Fundación ProCultura, agrega que el trabajo con la gente de la localidad, tanto los antiguos habitantes como aquellos que han llegado en los últimos años, fue un proceso largo que buscó “la construcción de un relato respetuoso, uno del que todos se sientan parte y que no solo recuerde y conmemore, sino que invite a la esperanza”.

Fuente: El Mercurio