Monumentos Nacionales
Monumentos Históricos
En medio del árido desierto de Atacama, a 95 kilómetros al noreste del puerto de Antofagasta, se ubica la ex Oficina Salitrera de Chacabuco, declarada Monumento Nacional en 1971. Construida en 1922 y poseedora de un sistema de producción de última generación para la época, llegó a albergar una población que superó las 5 mil personas, las que, en conjunto con los demás habitantes de las salitreras que proliferaron en el entorno, dieron origen a la cultura pampina, que tuvo su auge durante la primera mitad del siglo XX.
La empresa Anglo Nitrate Company Limited comenzó la construcción de la Oficina Salitrera Chacabuco en 1922, contiguo y en estrecha relación con la Oficina Salitrera Lastenia, construida en 1872, siendo ambas testimonio de la organización de esta industria en base a los denominados cantones, que vincularon funcional, espacialmente y, a través de equipamiento e infraestructura de transportes, las diferentes oficinas en pos de una mayor eficacia. Las operaciones comenzaron en 1924. Se levantó una oficina de 36 hectáreas para la explotación de caliche y posterior producción de 15 mil toneladas métricas de salitre o nitrato, bajo el sistema de producción Shanks (fue la última oficina salitrera con este sistema de producción). El recinto poseía un núcleo productivo y otro urbano, con todas las comodidades para atender a una población que llegó a 5.000 personas. La Oficina contaba con hospital, teatro, hotel, escuela, pulpería, mercado, gimnasio, piscina, canchas de fútbol, y la plaza arbolada equipada con un quiosco de retreta. Esta ciudad emplazada en pleno desierto está organizada según un trazado de plano damero, cruzado por amplias calles. Las viviendas de los obreros, alineadas en forma ininterrumpida, fueron construidas en general de adobe. En el resto de las instalaciones predomina el uso de metal y madera de pino Oregón.
La Oficina Salitrera Chacabuco cerró definitivamente sus puertas en 1940, seguido de un progresivo desmantelamiento. En 1968 la oficina fue vendida a la Sociedad Química y Minera de Chile (SOQUIMICH). En el contexto de la nacionalización de los recursos naturales impulsada por el gobierno del Presidente Salvador Allende, pasó al Estado en 1972. Desde esa época y hasta 1992 estuvo en poder del Ejército, que la utilizó como campo de detención de prisioneros políticos entre 1973 y 1975.
Hacia fines de los años ochenta la Ex Oficina Salitrera de Chacabuco presentaba un estado general de deterioro, se había desmantelado el sector industrial, habían desaparecido algunos techos y maderas y se había incendiado la iglesia. Esta situación se revirtió, en parte, gracias al aporte del Gobierno Alemán, el que a través del Goethe Institute de Santiago y algunas instituciones chilenas, realizó la restauración del Teatro en 1992. Actualmente el inmueble se encuentra entregado en concesión a la Corporación Museo del Salitre Chacabuco desde 2005.